Al ser humano le corresponde ser sensible, sublime, socialmente compensador... y creerá lo que presuma ser, pero la naturaleza egoísta -ahora predomina más la egotista por una estúpida cuestión de modas- y viciosa de los inferiores instintos le delatan una y otra vez como una especie animal que ya evoluciona imparable antes que irremediable hacia su inminente peligro de extinción moral. Y con la decadencia moral la entera e inevitable decadencia... ¡Qué difícil es creer ahora que el Conocimiento puede salvar! ¡Qué fácil resulta creer a fecha de hoy en la atractiva fe de los tontos que destruyen el mundo...! Cierto, ya dijo el antiguo filósofo que las palabras verdaderas no son agradables. Más acertado todavía darse cuenta cuando las palabras agradables no son verdaderas...

Este espacio es un pequeño lugar más para detenerse a reflexionar sencilla-mente ante este mundo tan imparable-mente frenético y abusiva-mente desnaturalizado, intentando recuperar al menos algo de las verdades verdaderas y un poco de ese humilde derecho a ser nosotros mismos... El autor, místico y librepensador, declara que no pertenece a ninguna religión, secta, sociedad, partido, organización o similares y defiende desinteresada-Mente que el Único Maestro es nuestro Patrón Universal.
"Esta es la antigua y divina Ley: Quitarle al más pudiente y darle al que no tiene. ¡Nuestro Camino es el de Regreso!" (Solramus) -Creerme que esta es también la inevitable conclusión final de toda la sabiduría contenida en este nutrido espacio-
"Dios puede cansarse de grandes imperios, pero nunca de pequeñas flores." (R. Tagore)
"De cierto os digo, que si no os convirtáis, y fuereis como niños, no entraréis en el Reino de los cielos." (Mateo 18:3 -Sagradas Escrituras de 1569- )